Mermelada de Melocotón y Jengibre (+ etiquetas imprimibles)

27 Ago

Cuando publiqué la mermelada de cereza y canela os prometí traeros nuevas recetas de mermeladas aromatizadas con especias. Pues aquí os traigo una nueva asociación realmente deliciosa: Mermelada de melocotón y jengibre. Ya sabéis que es el momento de conservar los melocotones, que están en plena temporada, para utilizarlos en nuestra repostería el resto del año: para rellenar pasteles o cupcakes, para cubrir tartas de queso, dar brillo a tartas de frutas…

El jengibre es una rizoma de origen asiático, muy utilizado tanto en la cocina indú, como en la china y en la japonesa. Tiene un sabor picante y ligeramente ácido y se puede encontrar de las siguientes formas:

Fresco:

Para perfumar carnes, pescados, mariscos, salsas, sopas, pasteles, galletas, mermeladas y bebidas (como el ginger ale o el té). Se pela y se puede usar rallado o cortado en láminas.
Se conserva perfectamente en el congelador, pelado y rallado o entero. Se puede conservar un tiempo a Tª ambiente, pero se seca, en la nevera, pero tiende a enmohecerse y he leido que se puede conservar hasta un año pelado, cortado y metido en un tarro cubierto de sal gorda. Para usarlo no hay más que enjuagarlo. Pero no lo he probado.
Se encuentra en algunos supermercados. Yo lo he comprado en la herboristería del Mercado Ingeniero Torroja de Algeciras (para las algecireñas o campogibraltareñas)

Confitado:

Pelado y cortado en trocitos y cocido en un almíbar. Así lo podemos encontrar recubierto de azúcar o conservado en ese almíbar. En los países anglosajones es muy común encontrarlo, aunque aquí cuesta más trabajo. Yo lo encontré también en la herboristería del mercado, pero se puede preparar en casa. Lola en la cocina tiene una receta que me ha gustado.
Este es delicioso en bizcochos, en cookies y cupcakes, cortado a trocitos (como en las fotos).

En polvo:

Muy útil en la cocina en general, sobre todo para usar en salsas lisas y cuando no queremos tropezones. Su sabor es más intenso, así que hay que añadirlo con parsimonia.

Marinado:

Los japoneses lo marinan con azúcar y vinagre, y lo toman con el sushi y el sashimi. Es el llamado «gari».

Pero no sólo se usa en cocina, si no que también tiene uso terapéutico:

contra náuseas y vómitos, ya sean del embarazo o en los viajes.
estimula la producción de bilis, lo que ayuda a aligerar las digestiones pesadas.
es antiinflamatorio, bastante útil con la artritis.
es estimulante, tonificante y afrodisíaco.
eficaz en resfriados y contra la tos, gracias a sus propiedades antisépticas, analgésicas y expectorantes.
ayuda a bajar la tasa de glucosa y triglicéridos.
mejora la circulación.
al tener propiedades antisépticas ayuda a prevenir intoxicaciones debidas al consumo de pescados y mariscos, por eso en la cocina china siempre se usa con estos alimentos, y en la japonesa se asocia al pescado crudo.

Así que al usarlo en nuestra mermelada, no sólo estaremos realzando el sabor del melocotón, sino que le estaremos añadiendo propiedades curativas :)

El procedimiento va a ser le mismo que aprendimos en la mermelada casera paso a paso , sólo que esta vez vamos a hervir el almíbar con un trocito de jengibre fresco y añadir unos daditos de jengibre confitado una vez cocida nuestra mermelada.

No penséis que la mermelada va a estar picante, para nada. La especia sólo va a realzar el sabor. Cuando la untamos en el pan y, al comerla, nos topamos con un trocito del jengibre confitado sí vamos a notar un poco el picante, pero es realmente muy suave y deja un regusto delicioso que dura mucho tiempo. En realidad es más sorprendente que picante :)

¿Recordáis que primero poníamos a macerar la fruta con el azúcar para que se forme un almíbar? Mirad qué color tiene el de los melocotones:

Después vamos a cocer este almíbar con un trocito de jengibre fresco pelado, como de 3cm. de grosor, pero se le puede poner un poco más si queremos un sabor más pronunciado. Una vez alcanzados los 116ºC lo retiraremos. Si no encontramos el fresco podemos usarlo en polvo, pero sólo una pizquita, la puntita de un cuchillo bastará, porque su sabor es más intenso y picante.

Entonces añadiremos los melocotones en trocitos, cocemos hasta 106ºC y retiramos del fuego. A mí me gusta siempre reservar una parte de la mermelada con trocitos y batir el resto. Luego le añado lo que había reservado. Así tengo trozos, pero no demasiados. Luego añadimos nuestro jengibre confitado. Removemos, metemos en los tarros esterilizados y los ponemos del revés, todo como os expliqué en la mermelada casera paso a paso.
Ya sólo nos queda ponerles unas etiquetas súper monas.Y los podremos conservar 1 año.

Y si os gustan las etiquetas que yo les he puesto a mi tarros, os las he preparado en PDF para que podáis imprimirlas.

Para ello no tenéis más que compartir de forma pública la publicación de este post en vuestro perfil o página de Facebook y enviarme un email por el formulario de contacto.

Podéis elegir la versión española, inglesa o francesa. O incluso varias. Yo os las enviaré lo antes posible a la dirección e-mail que me indiquéis.

Y ahora os dejo con la receta. Espero que la hagáis, porque pronto os propondré recetas en las que podremos usarla. Ya veréis, nunca habéis probado una mermelada de melocotón igual de sorprendente y DELICIOSA !!!